Nutrición en la tercera edad
La tercera edad es un
periodo de la vida resultado del proceso natural de envejecimiento,
caracterizado por el conjunto de cambios en la estructura y función de los
órganos y tejidos corporales que se ha ido produciendo a lo largo del tiempo.
En esta etapa de la
vida el organismo presenta una serie de modificaciones como la pérdida de masa
muscular, la disminución de la densidad ósea, y la reducción de la movilidad de
las articulaciones, que originan movimientos más lentos y torpes.
El proceso de
envejecimiento también tiene consecuencias sobre la capacidad para alimentarse
y obtener los nutrientes necesarios porque afecta al aparato digestivo, la
dentadura, la producción de saliva... Así, las secreciones del estómago
disminuyen, lo que retrasa la digestión y reduce la absorción de vitaminas. Las
dificultades para masticar y tragar los alimentos, relacionadas con el
deterioro de la dentadura y una menor producción de saliva, provocan gases y estreñimiento.
Esto supone que los
ancianos tengan que adaptar su dieta a la nueva condición de su aparato
digestivo, modificando el tipo de alimentos para que estos resulten fáciles de
tragar y digerir, y les aporten los nutrientes necesarios, de acuerdo a sus
características fisiológicas, nivel de actividad, y afecciones que padezcan en
su caso.
En la tercera edad también se incrementan las
posibilidades de sufrir enfermedades como hipertensión o diabetes patologías estrechamente relacionadas con la alimentación, por lo que una dieta
adecuada siempre supervisada por un profesional de la nutrición, puede evitar o
paliar este tipo de enfermedades y ayudar a la persona mayor a tener una
alimentación equilibrada y adecuada acorde a sus necesidades.
Post publicado por Cristina Sellés López de Castro
Diplomada en Nutrición Humana y Dietética